lunes, 6 de junio de 2022

El monje que vendió su Ferrari

 


El luchador de sumo representa un importantísimo elemento en el sistema de los Sabios de Sivana. Hace muchos siglos, en el antiguo Oriente, los grandes maestros desarrollaron y pulieron una filosofía llamada kaizen. Esta palabra japonesa significa mejora constante. Y es la marca de fábrica de todo hombre o mujer que vive una existencia despierta y dinámica.

–¿Cómo enriqueció la vida de los sabios el concepto de kaizen? –

pregunté.

–Como he mencionado antes, John, el éxito externo empieza por el éxito interno. Si de veras quieres mejorar tu mundo exterior, llámese tu salud, tus relaciones o tus finanzas, debes primero mejorar tu mundo interior. El modo más eficaz de conseguirlo es mediante la práctica de una continua autosuperación. El autodominio es el ADN del dominio de la vida.

–Julián, espero que no te importe que lo diga, pero todo eso del «mundo interior» me suena muy esotérico. Recuerda que soy un abogado de clase media con un utilitario aparcado en el camino particular y un cortacésped en el garaje. Mira, todo lo que me has dicho hasta ahora encaja. A decir verdad, gran parte de lo que has compartido conmigo parece de sentido común, aunque ya sé que el sentido común, en estos tiempos, es todo menos común. Te diré, sin embargo, que me cuesta un poco entender esta noción del kaizen y la mejora del mundo interior.

¿De qué estábamos hablando exactamente?

Julián fue rápido en su respuesta

–En nuestra sociedad etiquetamos al ignorante como débil. No obstante, quienes expresan su falta de conocimientos y buscan instruirse encuentran el camino del esclarecimiento antes que los demás. Tus preguntas son sinceras y me dicen que estás abierto a las ideas nuevas. El cambio es la fuerza más poderosa que tiene nuestra sociedad de hoy.

Mucha gente lo teme, pero los sabios lo abrazan sin reservas. La tradición zen habla de la mente del principiante: quienes están abiertos a nuevos conceptos son siempre los que alcanzan niveles más altos de realización. No tengas el menor reparo en preguntar lo que sea, por más básico que parezca. Las preguntas son el modo más efectivo de suscitar el conocimiento.

–Gracias. Pero sigo sin ver claro eso del kaizen.

–Cuando hablo de mejorar tu mundo interior, estoy hablando simplemente de autosuperación y expansión personal, y es lo mejor que puedes hacer por ti mismo. Podrías pensar que estás demasiado ocupado para emplear tiempo en ti mismo, lo cual sería un gran error. Mira,

cuando has dedicado tiempo a forjarte un carácter fuerte, imbuido de disciplina, vigor, poder y optimismo, puedes tenerlo todo y hacer todo lo que quieras en tu mundo exterior. Cuando has cultivado un sentido profundo de la fe en tus posibilidades y un espíritu indomable, nada puede impedir que triunfes en lo que te propongas y que vivas con grandes recompensas. Dedicar un tiempo a dominar la propia mente, a ocuparse del cuerpo y nutrir el alma te pondrá en situación de desarrollar más riqueza en tu vida. Es como dijo Epicteto hace muchos años:

 

«Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo.»

–Entonces el kaizen es un concepto muy práctico.

–En efecto. Piénsalo bien, John. ¿Cómo puede nadie dirigir una empresa si no puede dirigirse a sí mismo? ¿Cómo puedes alimentar a una familia si no has aprendido a alimentarte a ti mismo? ¿Cómo puedes obrar bien si ni siquiera te sientes bien? ¿Comprendes ahora?


Libro El monje que vendió su Ferrari

sábado, 11 de diciembre de 2021

El club de las 5 am


—La vida es demasiado corta como para ser modestos con vuestros talentos —se dirigió el Guía a una sala que albergaba miles de oyentes—. Nacisteis con la oportunidad y la responsabilidad de convertiros en personas legendarias. Habéis sido creados para llevar a cabo proyectos de la categoría de una obra maestra, diseñados para realizar actividades importantes y construidos para ser una fuerza del bien en este pequeño planeta. Tenéis derecho a reclamar la soberanía sobre vuestra grandeza original en una civilización que ha demostrado ser bastante incivilizada; a recuperar vuestra nobleza en una comunidad mundial donde la mayoría compra zapatos bonitos y adquiere cosas caras, pero que raramente invierte en mejorarse a sí mismo. Vuestro liderazgo personal necesita (corrijo, os exige) que dejéis de ser zombis cibernéticos atraídos constantemente por dispositivos digitales y que reestructuréis vuestra vida para representar la maestría, para ejemplificar la decencia y para renunciar al egoísmo, que limita a las buenas personas. Todos los grandes hombres y mujeres del mundo son personas que dan, no toman. Renunciad a la creencia común de que aquellos que más acumulan son los que más ganan. En lugar de eso, escoged un trabajo heroico: que deje perplejo a vuestro mercado por la calidad de su originalidad y por la utilidad que ofrece. Mientras lo hagáis, os recomiendo que creéis también una vida personal firme en cuestiones éticas, rica en extraordinaria belleza e implacable en lo que se refiere a la protección de vuestra paz interior. Así es, amigos míos, cómo podéis volar entre los ángeles. Y andar junto a los dioses. El Guía hizo una pausa. Tomó una enorme bocanada de aire. Su respiración se volvió tensa y su nariz emitió un ruido sibilante al inhalar. Miró hacia abajo, a sus elegantes botas negras, pulidas con rigurosidad militar. Los que estaban en primera fila pudieron ver una lágrima deslizándose por un rostro ajado que, tiempo atrás, había sido hermoso. Tras unos instantes de tensión que mantuvieron a varias personas de la audiencia revolviéndose en sus asientos, el Guía dejó el micrófono que había estado sujetando con la mano izquierda. Con la mano libre, alcanzó con delicadeza el bolsillo de su pantalón y sacó un pañuelo de lino cuidadosamente doblado. Se limpió la mejilla. —Cada uno de vosotros tiene algo que decir en su vida. Cada uno de vosotros tiene un instinto de la excelencia en su espíritu. No hay nadie en esta sala que deba quedarse inmóvil junto con la gran masa y sucumbir a la mediocrización masiva del comportamiento evidente en la sociedad, junto con la desprofesionalización colectiva de los negocios que resulta tan obvia en la industria. Limitarse no es nada más que una mentalidad que demasiadas personas buenas practican diariamente hasta que, para ellos, se convierte en una realidad. Me rompe el corazón ver a tanta gente potencialmente poderosa atrapada en una historia que les hace creer que no pueden ser extraordinarias, profesional y personalmente. Debéis recordar que vuestras excusas son seductoras, vuestros miedos, mentirosos y vuestras dudas, ladronas.

puedes descargar el libro en el siguiente enlace:

el club de la 5 am pdf gratis 


De la Play Store puedes descargar la siguiente aplicación @voice Aloud Reader para que tu teléfono inteligente te lea el libro

viernes, 17 de septiembre de 2021

El método Sedona


Si no estás seguro de quién eres más allá de tus sentimientos o emociones, de 
momento deja las cosas como están. A medida que analices el Método Sedona y empieces a practicar la liberación a lo largo del día, desvelarás esa auténtica naturaleza tuya que hay detrás de las limitaciones autoimpuestas y creadas por nuestros sentimientos.

Cuando te veas perdido en la identificación con un sentimiento, te puedes preguntar:

«Soy este sentimiento, o simplemente tengo un sentimiento?». Esta sencilla pregunta te puede ayudar a diferenciarte de una falsa identificación. También puedes usar la pregunta en el primer paso del Método, «Qué estoy sintiendo?», para que te ayude a reconocer que no eres el sentimiento. Ocurre simplemente que tienes un sentimiento.

Esto abre la oportunidad de soltarlo.

Al avanzar en el análisis de la anterior afirmación llegamos al «No son hechos». ¿No te ha ocurrido alguna vez que pensaras que estabas en lo cierto —que pensaras, por ejemplo, que le gustabas a alguien que conoces—, para descubrir después que ocurría todo lo contrario? ¿O no has estado alguna vez seguro de que algo saldría mal, para que luego fuera perfectamente? Son sólo dos ejemplos de cómo nos relacionamos con el input que recibimos de nuestros sentimientos. 

Vivimos en un mundo de cosas e ideas que son suposiciones, creyendo que nos relacionamos con hechos. En cierto modo, nuestros sentimientos no son más que historias que hemos 
elaborado sobre un determinado conjunto de sensaciones. Muchas veces, si no siempre, estas historias llegan cuando el sentimiento ya ha surgido en nuestra consciencia. Luego las utilizamos para explicar por qué nos sentimos como nos sentimos.

Tratar los sentimientos como hechos puede constituir un problema, porque a menudo no nos damos cuenta de que hemos dado algo por supuesto hasta que ya es demasiado tarde. Para entonces, ya hemos tomado una decisión que nos parecía razonable, pero luego vemos que se basaba en una reacción emocional automática.

La última parte de la afirmación se centra en lo que es el tema de este libro: «Los podemos soltar». Cuanto más aceptes y emplees tu capacidad natural para liberar, más se transformará cada una de las partes de tu experiencia.

Puedes descargar el libro de manera gratuita en el siguiente enlace:

viernes, 10 de septiembre de 2021

Mercadotecnia espiritual


Poco después de mi primera sesión con Douglas comencé a notar otros cambios en mi vida externa. El libro que estaba escribiendo tomó una nueva dirección. Encontré un editor para el libro. Encontré el dinero para terminar mi investigación. Compré un auto nuevo. Compré casa nueva.

Mis ingresos aumentaron vertiginosamente.

¿Cómo? ¿Por qué?

Había invitado al otro lado a ayudarme, y así fue.

En este mismo momento que escribo estas palabras, estoy muy consciente de que usted puede pensar que me he vuelto loco. Después de todo, heme aquí, un adulto, un escritor, un especialista en promociones y orador bastante conocido que aconseja a ejecutivos acerca de sus negocios, hablando de “espíritus”.

Pero también sé que usted sabe a lo que me refiero. Aun la persona más atea ha sido tocada por algo milagroso, extraño o inexplicable. Aunque nadie sabe qué nos depara el otro lado de esta vida, nuestra tendencia es creer que hay algo inteligente allí.

Tal vez valga la pena mencionar que el libro que me ayudó más que ningún otro fue ¿Qué puede creer un hombre? [What Can A Man Believe?] por Bruce Barton.

Allí explica que hay muy poca evidencia acerca de la existencia del cielo después de la tierra, pero que era más sabio creer que no creer.

En otras palabras, aunque no puedo demostrar que hay ángeles y guías listos para ayudarnos, ¿acaso no es una idea más deliciosa, confortante y mágica creer en ellos, que no creer en ellos? No hay pruebas contundentes para apoyar ni para negar su existencia. Pero si puede usar la creencia en ellos para crear milagros, ¿no sería más sabio hacerlo?

Ayer me llamó una amiga mía y dijo que quería creer en guías y ángeles y maestros del ámbito espiritual de la vida, pero una parte de su ser dudaba su existencia.
“Está bien,” le dije. “Yo también tengo mis dudas.”
“¿De verdad?”
“Por supuesto,” dije. “Si tuviese que presentarme en un tribunal y demostrar que tengo guías espirituales, todos los presentes se mofarían de mí. No hay pruebas que los apoyen, pero tampoco hay pruebas en su contra.”

Y luego recordé algo que había leído en una edición reciente del Selecciones del Reader’s Digest, donde Larry Dossey hablaba acerca de la oración. Él dijo que la oración ayudaba a la gente a recuperarse de la enfermedad. En muchas ocasiones, se habían recuperado de lo que los doctores habían dicho que eran enfermedades “incurables”.
Lo que habían hecho estos pacientes triunfadores era orar.
Aun los pacientes admitieron que no sabían si sus oraciones fueron contestadas, pero fue la creencia en la oración y el acto de la oración lo que les ayudó. Repito, como señaló Barton, es más sabio creer que no creer. Creer ayuda a crear milagros.

Puedes descargar el libro en el siguiente enlace: