La magia de la atención
La
riqueza material o el dinero son simplemente un medio para satisfacer en forma espontánea
nuestros deseos.
La
abundancia o riqueza significa que uno es capaz de satisfacer fácilmente sus
deseos, cualesquiera que éstos sean, ya sea que se apliquen al reino material o
a nuestras necesidades emocionales, psicológicas o espirituales o al reino de
la relación.
La
atención de una persona verdaderamente rica nunca está enfocada únicamente en
el dinero. Más aún, una persona rica jamás tiene preocupaciones monetarias.
Puede tener millones de pesos en el banco, pero si todo el tiempo piensa en el
dinero, si se intranquiliza por eso, si se preocupa por el dinero, por obtener
más, por no tener suficiente, por perderlo, entonces, sin importar la cantidad
de dinero que posea, es pobre.
Como
dijo Oscar Wilde: "Sólo hay una clase de personas que piensan más en el
dinero que los ricos, y esas personas son los pobres. En realidad, los pobres
no pueden pensar en nada más".
Tener
riqueza o abundancia real es despreocuparse por todo en la vida, incluyendo el
dinero. Por lo tanto, la verdadera conciencia de la riqueza es la conciencia de
la fuente de toda la realidad material. Esta fuente de toda la realidad
material es conocimiento puro, es conciencia pura. Es el campo unificado, es el
campo de todas las posibilidades.
No
podemos conocer este campo pensando únicamente en él, porque, por definición,
es trascendental al pensamiento. No obstante, podemos tener conocimiento
empírico de este campo, trascendiéndolo y conociéndolo íntimamente, como
nuestra naturaleza.
Cuando
trascendemos, conocemos no verbalmente, sin el uso de las palabras. Obtenemos
conocimiento directo, sin la intervención distrayente del lenguaje hablado.
Éste es el valor de la meditación, que nos da la experiencia del Ser puro,
aunque la experiencia del Ser puro es en sí una expresión de felicidad y
alegría puras.
La
principal ventaja de alternar la experiencia de la meditación con actividad es
que mientras más ahondemos en el campo del Ser puro, del conocimiento puro, de
la conciencia pura, nuestra actividad se llenará más con éste. Entonces,
nuestra actividad adquiere las cualidades inherentes del Ser puro, del conocimiento
puro: infinito, ilimitado, abundante, rico e inmortal.
La
mejor manera para adquirir conocimiento de este campo del Ser puro es por medio
de la meditación.
Conocer
intelectualmente las cualidades y prestar atención a dichas cualidades ayuda
también, porque, finalmente, todo lo que experimentamos es resultado de la
calidad de nuestra atención.
Los
físicos nos dicen que al atravesar el reino de las partículas subatómicas y
entrar en la nube de partículas subatómicas que forma el átomo, que a su vez
forma todo, cuando tratamos de examinar y comprender estas partículas con
nombres extravagantes como quarks, bosones y leptones-, son tan pequeñas que no
podemos medirlas. No existen instrumentos, ni existirán, que midan la pequeñez
de estas partículas. En realidad, son tan pequeñas, que sólo podemos pensar en
ellas.
Ahora
hay otro hecho muy interesante sobre estas partículas: nunca han sido vistas.
Por lo tanto, si no podemos observar estas partículas subatómicas, si no podemos
verlas, ¿cómo sabemos que existen? La respuesta
es que sabemos que existen por la evidencia de los rastros que dejan detrás en
los aceleradores de partículas. En lugares donde se investiga la teoría
subatómica, podemos ver e incluso fotografiar los rastros que dejan estas
partículas. Al observar los rastros, sabemos que en realidad existen.
Hay
otra faceta muy interesante en relación con estas partículas y ésta es que
existen sólo cuando las observamos.
Por
consiguiente, si observamos un campo cuántico, cada vez que lo miramos, estas
partículas existen.
Cada
vez que apartamos nuestra atención de ellas, desaparecen en un vacío. Parpadean
como lucecitas en un cuarto oscuro. El cuarto oscuro podemos imaginarlo como el
infinito, el espacio ilimitado, y las partículas que toman vida lo hacen por el
simple acto de que le prestamos atención al campo.
Cuando
fijamos nuestra atención en el campo, entonces las partículas existen. Cuando
no prestamos atención al campo las partículas son sólo una amplitud de probabilidad
en el campo de todas las posibilidades.
Cada
partícula es una onda. Es una onda hasta el momento de la observación. Una onda
no está restringida a ningún sitio en el espacio o en el tiempo; una onda es
una cosa difusa. Por este motivo se llama probabilidad de amplitud en el campo
de todas las posibilidades. Define la probabilidad estadística de encontrar una
partícula en un cierto lugar en el momento de observación, lo que significa el
momento de atención.
Es
la atención lo que transforma la probabilidad de amplitud, la onda, la
distribución de la probabilidad, por una medida posible, como una función de
tiempo. La atención toma esa amplitud de probabilidad y le da existencia material, por medio del simple
acto de la observación. Por supuesto, el simple acto de la observación es fijar
nuestra atención en la onda. Por lo tanto, una partícula es creada literalmente
por usted y
por
mí por medio del acto de la observación.
Antes
de ser observada era sólo una posibilidad matemática, una probabilidad de
distribución para una posible medición en función del tiempo.
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