Las afirmaciones dan
resultado.
Ahora
que sabemos un poco más acerca de lo poderosos que son nuestros pensamientos y
palabras, es preciso que reeduquemos nuestra forma de pensar y de hablar, con
la práctica de pautas positivas. De esta forma lograremos resultados beneficiosos.
¿Estás dispuesto a cambiar tu diálogo interno y a convertirlo en afirmaciones
positivas? Recuerda que cada que tienes un pensamiento y cada vez que
dices
una palabra, estás haciendo una afirmación.
Una
afirmación es un punto de partida. Nos abre el camino hacia el cambio. En el fondo
es decirle al subconsciente: «Yo asumo la responsabilidad. Sé que hay algo que puedo
hacer para cambiar». Cuando hablo de «hacer afirmaciones» me refiero al hecho
de elegir frases o palabras que contribuyan a eliminar algo de nuestra vida o a
crear
algo nuevo, y esto ha de hacerse de forma positiva. Si dices: «No quiero volver
a enfermar», el subconsciente retiene el concepto en el que has puesto el
énfasis, es decir, «enfermar». Es preciso decirle claramente lo que uno quiere:
«Me
siento fabulosamente bien. Irradio buena salud».
El
subconsciente es muy directo y honrado. No tiene intenciones ocultas ni usa estrategias.
Lo que oye es lo que hace. Si dices: «Odio este coche», no te proporcionará un
coche nuevo y maravilloso porque no sabrá qué es lo que quieres.
Incluso
si compras un coche nuevo probablemente lo vas a odiar muy pronto porque
eso
es lo que tú has estado repitiendo constantemente. El subconsciente sólo oye: «Odio
este coche». Es necesario enunciar los deseos de forma positiva; por ejemplo:
«Tengo
un fabuloso coche nuevo que se adapta a todas mis necesidades».
Cuando
hay en mi vida algo que verdaderamente me disgusta, he descubierto que una de
las maneras más rápidas de eliminarlo es «bendecirlo con amor». «Te bendigo con
amor y te libero, te dejo marchar. » Esto funciona con personas,
situaciones, objetos y casas. Incluso se puede probar con algún hábito del que
uno desea librarse y ver qué sucede. Conocí a un hombre que cada vez que fumaba
un cigarrillo decía:
«Te
bendigo con amor y te libero de mi vida». Unos cuantos días después, el deseo de
fumar era bastante menor; a las pocas semanas el hábito había desaparecido.
Te
mereces el bien
¿Qué
es lo que verdaderamente deseas en este momento? ¿Qué anhelas hoy que haya en
tu vida? Piénsalo y después di: «Acepto ________________ (lo que sea que
desees)». Aquí es donde me parece que la mayoría de la gente se queda
estancada.
El
problema esencial es la creencia de que no nos merecemos lo que deseamos.
Nuestro
poder personal reside en la manera como consideramos nuestro merecimiento.
Nuestra falta de merecimiento nos viene de los mensajes que recibimos en la
infancia. Vuelvo a repetir, no pensemos que apodemos cambiar debido a estos mensajes.
Con frecuencia se me acercan personas y me dicen: «Louise, las afirmaciones no
dan resultado». En realidad no es que las afirmaciones no den resultado, sino
que no nos creemos merecedores del bien.
La
manera de descubrir si crees que te mereces algo que es hagas una afirmación y
te fijes en los pensamientos que surgen al hacerla. Entonces anótalos, porque cuando
se ven escritos sobre el papel se vuelven muy claros. Lo único que nos impide sentirnos
merecedores, o amarnos, o lo que sea, es la creencia u opinión de otra persona
que hemos aceptado como verdad.
Cuando
no nos creemos merecedores de un bien, solemos practicar una especie de autosabotaje,
lo cual se puede conseguir de diversas maneras: creando una situación
caótica
perdiendo cosas, haciéndonos daño o teniendo problemas físicos, como una caída
o un accidente. Empecemos a que nos merecemos todo el bien que tiene la vida
para
ofrecernos.
Con
el fin de reprogramar una creencia falsa o negativa, ¿cuál es el primer pensamiento
que necesitaremos para comenzar a crear una nueva creencia, sea la que sea, en
nuestra vida? ¿Cuál será el elemento esencial o el cimiento que necesitaremos
para
apoyarnos? ¿Cuál será el tipo de pensamiento que necesitaremos para conocernos,
creer en nosotros y aceptarnos?
Algunos
pensamientos para comenzar podrían ser:
•
Soy valioso.
•
Soy merecedor.
•
Me amo.
•
Me doy permiso para realizarme.
Estos
conceptos forman el fundamento mismo de las creencias sobre las cuales se puede
edificar. Sobre estos cimientos haz tus afirmaciones para crear lo que deseas.
Tomado del libro: El poder está dentro de ti. Louise Hay
Descarga el libro gratuitamente en el siguiente enlace:
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