lunes, 4 de julio de 2016

Cuatro palabras que curan. Vivi Cervera


Una de las metas del ser humano siempre ha sido la búsqueda de la felicidad, de la plenitud y para ello se ha lanzado en su persecución, encontrando únicamente más impotencia, soledad y tristeza, es como si pretendiera alcanzar un objeto que está siempre en movimiento sin éxito alguno. A esta desconexión con la fuente de donde emana la luz, a este miedo constante de la muerte, a la insatisfacción, a la enfermedad y a la pérdida total de poder se le llama dolor humano. De este sentimiento proviene el mal-estar, la enfermedad, la angustia y cualquier sentimiento inmovilizador. 

Se suele considerar al dolor como un error, como si fuera algo que hay que rechazar o combatir para encontrar la plenitud, no obstante los métodos de auto curación más efectivos demuestran que es importante corregir el error convirtiéndolo en un punto fuerte y en un aliado en cualquier tratamiento que se esté llevando a cabo, porque en cuanto una situación deja de ser un problema para convertirse en una bendición, automáticamente desaparece, deja de existir, se borra, se elimina. Por esto hablamos de eliminar, liberar o borrar, aunque lo que en realidad hicimos fue transmutar, unir, integrar, totalizar.

A la corrección del error se le da inicio teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
1. Comprender que la realidad está hecha con tus pensamientos; tú eres creadora y por lo tanto responsable de lo que percibes con tus sentidos.
2. Toda situación difícil es un recuerdo o memoria.
3. La liberación de un sentimiento negativo o recuerdo, llega con la pronunciación de la secuencia de palabras sanadoras: “Lo siento, perdóname, te amo, gracias”.
4. Sólo existe una mente, una conciencia, un alma, que es quien eres tú.


Yo sé que puede tomar algo de tiempo el aprender que tu intención y tus pensamientos pueden crear, pero si observas bien todo lo que hay a tu alrededor te darás cuenta de que antes de estar allí fue la idea de alguien. Es así como actualmente puedes viajar en avión, navegar en un barco, tomar fotografías y encender un bombillo. Entonces si tú puedes ver, escuchar y sentir un avión, es porque algún pensamiento tuyo está involucrado en ello o de lo contrario no podrías traerlo a tu realidad. Esto sucede con todo lo que puedes percibir con cualquiera de tus sentidos y por lo tanto involucra objetos, personas, animales, seres inanimados, plantas y también situaciones. A partir de este momento ten en cuenta que todo aquello que llegue a ti es producto de lo que consideraste necesario en tu experiencia aquí en la Tierra.

Cuando hablo o escribo sobre “crear” determinadas situaciones, lo hago para facilitar tu comprensión respecto del valor del momento presente, teniendo en cuenta que la Creación está hecha en su totalidad, todo ya existe y es. Así que tú sólo transmutas la “basura” que te impide sentir la totalidad como realmente es, a esto también se le llama cocrear.

Utilizo la palabra “crear” porque de alguna manera estás creando un sentimiento fresco, algo nuevo en ti, algo que creías que no estaba ahí. Lo único que posees para crear es el momento presente de modo que tienes muchas oportunidades para ver la vida con otros ojos porque cada segundo que llega a ti es la materia prima con la que construyes los sentimientos que anhelas. Las veces en las cuales te apartas del momento presente, son aquellas en las que piensas en la nostalgia de no tener lo que consideras necesario, en la culpa por haber actuado de determinada manera, en el miedo de no recibir lo que crees merecer.

Desde esta perspectiva, el dolor humano proviene de un recuerdo o una memoria; si en este instante te sientes desorientada, culpable, triste, meditabunda, apática, temerosa, deprimida, rechazada, victimizada, sola, impotente, agresiva, preocupada, etc., es porque te encuentras atrapada en medio de tus recuerdos y las posibilidades de salir de ahí dependen de tu intención, de ese deseo que manifiesta a toda voz, que estás dispuesta a aprender a vivir y que para lograrlo puedes comprometerte contigo misma a levantarte cada vez que sientas que has caído y sobre todo a comprenderte aunque tropieces y caigas nuevamente, aunque no seas lo que las demás personas esperan.

Relacionar el dolor humano con los recuerdos te da la libertad de conocerte con el fin de dirigirte hacia ese espacio tuyo donde puedes escuchar a tu propia voz que pronuncia un “me amo” sincero. Buscar las causas de las diversas situaciones de la vida puede llegar a ser desgastante porque realmente no sabes cómo funciona todo este océano de información en el que habitas; la percepción es algo que limita las posibilidades de ir más allá porque funciona con base en las creencias que te han heredado tus ancestros y por eso observas todo con la visión que ellos tuvieron; de hecho tus sentidos sólo pueden guiarte hacia lo que ya conoces, de manera que tu forma de ver la vida es la misma que tuvo y tiene el colectivo que vibra alrededor de ti; entonces es fácil que comprendas que no eres culpable, que tu misión es amarte sin que importe tanto la causalidad porque en realidad no sabes exactamente de donde proviene aquello que quieres cambiar. 
Cuando esto deja de importarte, el sentimiento de amor que has despertado en ti, viaja a ese lugar de tu conciencia donde había una idea falsa y la corrige sin que tengas que desgastarte pensando o recordando.

La gran mayoría de personas cree saber lo que es el amor porque dan por hecho de que se trata de mantener una relación sentimental con alguien, llámese pareja, hijos, padres, etc. Se supone que amar es preocuparse por esa persona, reclamarle su comportamiento cuando se considera inapropiado; se considera amor a la acción de culpar a un hijo porque le va mal en su colegio ya que esto es “por su bien”, también se considera amor al hecho de pretender que la pareja sea una fiel copia de si misma, se cree que hay amor cuando se le da todo a los demás sin recibir nada a cambio; si el cuerpo físico engorda se le rechaza tajantemente, etc. En pocas palabras, has adoptado un sentimiento que se parece ligeramente al amor y lo has hecho así porque es lo único que conocías. 

Lo que sucede es que confundes al amor con el miedo de perder el significado que le has dado a los seres que están a tu alrededor, con el miedo de no llegar a ser el ideal de persona que crees que debes ser y esto no significa que estés mal o bien, sólo quiere decir que hay que dejar de controlar la vida empezando por amar las condiciones en las cuales viniste a este mundo así como todo lo que has vivido, que es lo que naturalmente te ha llevado a actuar de cierta manera y en la medida en que estés dispuesta a apoyarte a ti misma por encima de todo lo que ves, sin censurarte, será más fácil convivir con los demás tal como si estuvieras aprendiendo de ellos permanentemente. Esto significa unirte física, energética y emocionalmente con tus seres queridos, permitirte ser tú misma para que ellos a su vez puedan ser tal como son.

Amarte sin condiciones quiere decir que comprenderás tus aciertos y tus desaciertos, que aunque creas no estar haciendo esto muy bien, puedas apoyarte y ser más tolerante, más entregada, más flexible con tu forma de sentirte en cualquier circunstancia. Aunque sientas que no eres tan buena en lo que haces o que tal vez estás lejos de ser una persona maravillosa y atractiva, acepta eso definitivamente, sólo en esta forma serás más flexible con tus relaciones y te permitirás aprender a amar. El amor lo envuelve todo, puedes amar incluso tu falta de amor por ti, ese es un buen inicio. La práctica del amor no es algo que funcione separadamente, es decir, no te permite ser individualista porque su estructura se apoya en el concepto de unidad. Por ello se hace necesario que tu alma se encuentre lo suficientemente receptiva para adoptar las ideas que en este instante están llegando a ti por diferentes medios, con el fin de que puedas recibir ese sentimiento que con tanto afán persigues, que es la alegría de vivir, la plenitud, la paz. Una vez que has tomado la decisión de despojarte de tus antiguas creencias y te has brindado la posibilidad de creer en algo demasiado sencillo para curar tu cuerpo y tu alma, entonces puedes afirmar que has subido otro nivel en la escala evolutiva de la conciencia.

Tu vida entera se compone de elecciones, se construye con decisiones; a cada instante te ves obligada a decidir entre dos ideas distintas en tu mente y una de ellas es seguir pensando de la manera habitual y como víctima de todo a tu alrededor y la otra significa un cambio radical respecto de tu actitud frente a la vida y que significa amar lo que ha sido creado. Esto quiere decir que cuando una situación te parezca triste, desagradable, molesta, tu sentir ha de ser de aceptación y para ello bastará con decir para ti misma, en voz alta o mentalmente la frase “Me amo”. Esto significa respeto por toda la diversidad que has creado o sea amor por lo que con tus pensamientos has creado.

Parece ser que la vida te pone a prueba en todo momento y te enfrenta a creer o a dudar, a confiar o a ser desconfiada, a intentar un cambio o a permanecer estática en el medio al cual te has adaptado o sea que al final de cuentas todo termina siendo una cuestión de elegir, porque de eso se trata la vida, te ves impulsada a tomar decisiones que cambian el rumbo de tu existencia o que la dejan tal como está y haces esto a cada instante. Hay una gran cantidad de personas detenidas en el tiempo pasado y se puede decir que están tan dormidas que no pueden elegir salir de ese lugar, así que pasan todo el tiempo tristes, deprimidas y sin voluntad para hacer algo por sí mismas. Si eres consciente de que hay personas en esta situación dolorosa, regálate más amor en su nombre porque son parte de ti. Siempre se trata de lo que percibes, de manera que lo que llega a tus sentidos está en ti. Este es el poder del amor por ti.

Al conocer al amor desde su forma más pura y prístina, a ese amor que te brindas a ti misma sin restricciones, penetras un mundo casi desconocido, un tanto irreal; un mundo que integra la facilidad para sanar por medio de códigos, pensamientos, palabras, vibraciones y emociones. En diversas ocasiones algunas personas se han acercado a mí para preguntarme cómo sana el amor y mi respuesta es sencilla como el proceso mismo: el amor sana por medio de esa fuerza interior que te va llevando hacia la rendición. Bajo este contexto, rendirte no significa someterte, sólo quiere decir que has decidido dejar de interponerte entre la vida y la muerte, que por lo tanto estás dispuesta a permitir que tu Ser Superior viva a través de ti sin que tu mente sea un obstáculo.
Tomado del libro: 4 palabras que curan.Vivi Cervera


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